Andrés se arma de valor para disculparse con Begoña por su dureza con el asunto de Diosdado. Aunque tarde, ha comprendido que las cosas no son tan sencillas como parecen.
Por su parte, Cristina accede a encontrarse con doña Ana para escuchar su versión de los hechos. El reencuentro resulta muy intenso para
ambas, pero finalmente la joven decide concederle el perdón. Además, está dispuesta a recuperar su antigua vida y volver a Madrid. Antes, eso sí, quiere dejar cerrado el proyecto del perfume conmemorativo, ya que, se siente muy responsable de su retraso.
En otro frente, Gabriel y María regresan de una consulta médica a la que han acudido en secreto. Mientras, ante el resto de la familia, fingen que han ido a dar un paseo por el campo. La visita al especialista sirve para que María esté cada vez más convencida de que su recuperación es posible.
Al saber de la salida, Andrés interroga a María, desconfiando del vínculo creciente entre ella y Gabriel. A Damián tampoco le gusta la cercanía entre ambos, pues teme que María corrompa a su querido sobrino. Para tranquilizarlo, Gabriel le asegura que solo se está ocupando de tener a María de su lado por el bien de la empresa.
Mientras tanto, Fina se ve obligada a lidiar con una visita incómoda. Pelayo, todavía dolido por la negativa de Marta a formar una familia con él, descarga su frustración sobre la dependienta. Fina intenta hacerle entender la situación, pero sus puntos de vista parecen irreconciliables.
Asimismo, Andrés está cada vez más convencido de que Gabriel no es trigo limpio y empieza a hacer sus investigaciones. Tras consultarlo con su hermana y con Luis, llega a la conclusión de que él podría haber sido el responsable de alterar la fórmula del perfume del aniversario.
En otro orden de cosas, Raúl continúa alicaído. Aparte de la ruptura con María, no ayuda que los chicos de la fábrica le hagan el vacío. Por suerte, cuenta con Gaspar y Manuela, que intentan animarlo usando el dominó.
El capítulo culmina con un duro enfrentamiento entre Gabriel y Andrés. El primero, le echa en cara a su primo que haya arruinado el acuerdo que tenía con el proveedor de esencia de lirio. Andrés, por su parte, lo acusa directamente de haber saboteado a la empresa.
Andrés se arma de valor para disculparse con Begoña por su dureza con el asunto de Diosdado. Aunque tarde, ha comprendido que las cosas no son tan sencillas como parecen.
Por su parte, Cristina accede a encontrarse con doña Ana para escuchar su versión de los hechos. El reencuentro resulta muy intenso para ambas, pero finalmente la joven decide concederle el perdón. Además, está dispuesta a recuperar su antigua vida y volver a Madrid. Antes, eso sí, quiere dejar cerrado el proyecto del perfume conmemorativo, ya que, se siente muy responsable de su retraso.
En otro frente, Gabriel y María regresan de una consulta médica a la que han acudido en secreto. Mientras, ante el resto de la familia, fingen que han ido a dar un paseo por el campo. La visita al especialista sirve para que María esté cada vez más convencida de que su recuperación es posible.
Al saber de la salida, Andrés interroga a María, desconfiando del vínculo creciente entre ella y Gabriel. A Damián tampoco le gusta la cercanía entre ambos, pues teme que María corrompa a su querido sobrino. Para tranquilizarlo, Gabriel le asegura que solo se está ocupando de tener a María de su lado por el bien de la empresa.
Mientras tanto, Fina se ve obligada a lidiar con una visita incómoda. Pelayo, todavía dolido por la negativa de Marta a formar una familia con él, descarga su frustración sobre la dependienta. Fina intenta hacerle entender la situación, pero sus puntos de vista parecen irreconciliables.
Asimismo, Andrés está cada vez más convencido de que Gabriel no es trigo limpio y empieza a hacer sus investigaciones. Tras consultarlo con su hermana y con Luis, llega a la conclusión de que él podría haber sido el responsable de alterar la fórmula del perfume del aniversario.
En otro orden de cosas, Raúl continúa alicaído. Aparte de la ruptura con María, no ayuda que los chicos de la fábrica le hagan el vacío. Por suerte, cuenta con Gaspar y Manuela, que intentan animarlo usando el dominó.
El capítulo culmina con un duro enfrentamiento entre Gabriel y Andrés. El primero, le echa en cara a su primo que haya arruinado el acuerdo que tenía con el proveedor de esencia de lirio. Andrés, por su parte, lo acusa directamente de haber saboteado a la empresa.
Andrés se arma de valor para disculparse con Begoña por su dureza con el asunto de Diosdado. Aunque tarde, ha comprendido que las cosas no son tan sencillas como parecen.
Por su parte, Cristina accede a encontrarse con doña Ana para escuchar su versión de los hechos. El reencuentro resulta muy intenso para ambas, pero finalmente la joven decide concederle el perdón. Además, está dispuesta a recuperar su antigua vida y volver a Madrid. Antes, eso sí, quiere dejar cerrado el proyecto del perfume conmemorativo, ya que, se siente muy responsable de su retraso.
En otro frente, Gabriel y María regresan de una consulta médica a la que han acudido en secreto. Mientras, ante el resto de la familia, fingen que han ido a dar un paseo por el campo. La visita al especialista sirve para que María esté cada vez más convencida de que su recuperación es posible.
Al saber de la salida, Andrés interroga a María, desconfiando del vínculo creciente entre ella y Gabriel. A Damián tampoco le gusta la cercanía entre ambos, pues teme que María corrompa a su querido sobrino. Para tranquilizarlo, Gabriel le asegura que solo se está ocupando de tener a María de su lado por el bien de la empresa.
Mientras tanto, Fina se ve obligada a lidiar con una visita incómoda. Pelayo, todavía dolido por la negativa de Marta a formar una familia con él, descarga su frustración sobre la dependienta. Fina intenta hacerle entender la situación, pero sus puntos de vista parecen irreconciliables.
Asimismo, Andrés está cada vez más convencido de que Gabriel no es trigo limpio y empieza a hacer sus investigaciones. Tras consultarlo con su hermana y con Luis, llega a la conclusión de que él podría haber sido el responsable de alterar la fórmula del perfume del aniversario.
En otro orden de cosas, Raúl continúa alicaído. Aparte de la ruptura con María, no ayuda que los chicos de la fábrica le hagan el vacío. Por suerte, cuenta con Gaspar y Manuela, que intentan animarlo usando el dominó.
El capítulo culmina con un duro enfrentamiento entre Gabriel y Andrés. El primero, le echa en cara a su primo que haya arruinado el acuerdo que tenía con el proveedor de esencia de lirio. Andrés, por su parte, lo acusa directamente de haber saboteado a la empresa.
Andrés se arma de valor para disculparse con Begoña por su dureza con el asunto de Diosdado. Aunque tarde, ha comprendido que las cosas no son tan sencillas como parecen.
Por su parte, Cristina accede a encontrarse con doña Ana para escuchar su versión de los hechos. El reencuentro resulta muy intenso para ambas, pero finalmente la joven decide concederle el perdón. Además, está dispuesta a recuperar su antigua vida y volver a Madrid. Antes, eso sí, quiere dejar cerrado el proyecto del perfume conmemorativo, ya que, se siente muy responsable de su retraso.
En otro frente, Gabriel y María regresan de una consulta médica a la que han acudido en secreto. Mientras, ante el resto de la familia, fingen que han ido a dar un paseo por el campo. La visita al especialista sirve para que María esté cada vez más convencida de que su recuperación es posible.
Al saber de la salida, Andrés interroga a María, desconfiando del vínculo creciente entre ella y Gabriel. A Damián tampoco le gusta la cercanía entre ambos, pues teme que María corrompa a su querido sobrino. Para tranquilizarlo, Gabriel le asegura que solo se está ocupando de tener a María de su lado por el bien de la empresa.
Mientras tanto, Fina se ve obligada a lidiar con una visita incómoda. Pelayo, todavía dolido por la negativa de Marta a formar una familia con él, descarga su frustración sobre la dependienta. Fina intenta hacerle entender la situación, pero sus puntos de vista parecen irreconciliables.
Asimismo, Andrés está cada vez más convencido de que Gabriel no es trigo limpio y empieza a hacer sus investigaciones. Tras consultarlo con su hermana y con Luis, llega a la conclusión de que él podría haber sido el responsable de alterar la fórmula del perfume del aniversario.
En otro orden de cosas, Raúl continúa alicaído. Aparte de la ruptura con María, no ayuda que los chicos de la fábrica le hagan el vacío. Por suerte, cuenta con Gaspar y Manuela, que intentan animarlo usando el dominó.
El capítulo culmina con un duro enfrentamiento entre Gabriel y Andrés. El primero, le echa en cara a su primo que haya arruinado el acuerdo que tenía con el proveedor de esencia de lirio. Andrés, por su parte, lo acusa directamente de haber saboteado a la empresa.